El comercio binacional entre Colombia y Venezuela ha mostrado un aumento del 10 % en 2024, consolidando la reactivación económica en la región fronteriza. Este avance es una excelente noticia para Cúcuta, ciudad que ha sido testigo de los efectos positivos del restablecimiento de relaciones comerciales después de años de inactividad.
Según la Federación de Agentes Logísticos en Comercio Internacional (Fitac), capítulo Cúcuta, el valor de las operaciones comerciales supera los $1.000 millones de dólares, reflejando un incremento tanto en importaciones como en exportaciones. Este progreso no solo revitaliza la economía local, sino que también posiciona a Cúcuta como un actor clave en el comercio internacional.
Fortalecimiento Logístico y Nuevas Oportunidades con el Comercio Binacional
La presidenta de Fitac en Cúcuta, Sandra Inés Guzmán, destacó cómo las operaciones logísticas han mejorado significativamente, lo que ha facilitado el flujo de materias primas, productos terminados y bienes agrícolas. Este fortalecimiento es esencial para atraer nuevas inversiones y fomentar la diversificación de la economía local.
A pesar de que las cifras de otras regiones fronterizas, como Paraguachón, sean superiores, los avances en Cúcuta son notables. El crecimiento mensual de las operaciones refleja la confianza en la región como un punto estratégico para el comercio binacional.
Beneficios Directos para la Ciudadanía
El impacto positivo de este crecimiento con el comercio binacional no solo se limita a los sectores empresariales. La reactivación económica genera empleos directos e indirectos en áreas como transporte, logística y comercio, beneficiando a cientos de familias en Cúcuta. Además, promueve la integración de mercados locales y regionales, impulsando el desarrollo sostenible en la zona fronteriza.
Un Futuro Prometedor con el Comercio Binacional
La recuperación económica de la frontera colombo-venezolana simboliza una nueva era para Cúcuta, llena de retos y oportunidades. Este crecimiento en el comercio binacional no solo fortalece la relación entre ambos países, sino que también posiciona a la ciudad como un motor de desarrollo regional.
Cúcuta tiene ahora la oportunidad de liderar un modelo de desarrollo que combine el comercio internacional con el bienestar social, sentando las bases para un futuro más próspero y equitativo.